-El Patio-

*en tan poco tiempo, había sufrido un nuevo cambio pero seguía siendo humano pero no humano cualquiera pues poseia dos espirutus nuevos dentro de mi aunque no se manifestaron aún; volví a ser aquel muchacho de 11 años pero con un cambio radical. En mis ojos se figuraban dos pozos profundos y sin vida, no había ninguna emoción en mi rotro y me acerque a Nero*

-¿Necesitas ayuda, Nero?

*miré a Lara aunque en esa edad nunca la conocí*

-¿O quieres que me mantenga al margen de la cuestión mientras tú combates contra ella?

*aguardé su respuesta mirandole con pozos profundo color dorado viejo amielado*

*la miré y llevé mi mano a la espalda para cojer a Icaro, mi espada mágica que combinada el poder de los glaciares del norte y del sur bien al sur y el fuego de los volcanes y del centro de la tierra*

-No obedezco ordenes de una escoria como tú

*desenvainé del todo a Icaro y colocé la punta de la espada en la hierba*

*hice que la parte roja se activara y clavé la espada en el suelo provocando que la temperatura ambiente se elevara muy rápido, a temperaturas caracteristicas del centro de la tierra sin dejar de mirar a ninguno de los dos. La temperatura va subiendo, para un demonio no sería problema combatir bajo este calor insoportable pero para alguien como ella, sería imposible combatira bajo la estrella solar que estaba muy cerca o eso parecía o eso lo hacía notar*

*Sonrio,habia ensayado este hechizo muchas veces.Levito hasta el cielo y creo una llama de varios kilometros,de hielo.La lanzo al cielo,haciendo que el cielo se congelase,cosa que no era problema para mi.Me quedo levitando en el aire,con mi espada en mano*

-El sol es más ardiente que cualquier fuego, tu hielo no podrá aguantarlo por demasiado tiempo

*le dije recordando que el hielo no era tan fuerte como aparentaba serlo, puestos a que el sol lo podía derretir y seguía aumentando la temperatura ambiente alcanzando la temperatura de una supernova*

*se cambiaron las tornas, la parte azul se activó de repente enfriando mucho y más con el hielo de la chica el ambiente; aparte de un filazo la espada de Nero y la puse arriba de mi cabeza recordando el entrenamiento establecido*

-Atacame, siquieres

*dije el "si quieres" muy junto cambiando mis ojos al azul hielo pues Icaro canalizaba mi energia y la hacia cambiar dependiendo de que situación me encuentre*

-No te tengo miedo, demonio

*le dije y a continuación añado*

-Soy tan demonio como lo eres tú, solo que con dos espiritus muy distintos a los de cualquier demonio

*miré a ambos*

-Pues yo soy Sora, el heraldo de los fuegos mas intensos y calurosos del sol, los volcanes y del centro de la tierra y de los hielos más puros de los polos y de las lejanías del sol

-Tienes razón

*le dije bajando a Icaro pero mis ojos no habían cambiado del azul hielo*

-No puedo venserte

*apreté la empuñadura de Icaro, ahora ambas partes: azul y rojo, fuego y hielo estaban activos a la vez haciendome un aura combinada de fuego y hielo pero no ataque. Simplemente puse mis brasos en crus poniendo antes a Icaro en la hierba quemandola y congelandola al mismo tiempo*

-Adelante, atacame

*le dije sin miedo, sin temor no había ninguna emoción en mi rostro, no siento rencor, no siento dolor por que...ya no siento nada*

-Adelante, Nero